¿Qué es la vida? Para la ciencia, simplemente es lo que distingue a los seres vivos; para Noel Schajris, "la vida es un millón de momentos, los tienes, de prisa se van"... pero queda claro, que en el mundo que vivimos, lleno de incertidumbre por la pandemia del coronavirus y por lo ajetreado del día a día, a muchos se les olvida sencillamente vivir.
La repentina muerte del cantautor Horacio Valdés miércoles 17 de marzo no solo estremeció los corazones de conocidos, colegas, familiares y fanáticos, sino que los hizo tomarse un tiempo para reflexionar y comprender que, lo que ya todos sabemos, la vida es frágil y que se termina en cualquier momento, y en el menos pensado.
Respira, vive, ama
Ingrid De Ycaza, quien tuvo la dicha de ser amiga la leyenda del rock nacional, no pudo evitar hacer una pausa para reflexionar. "Llevo al menos 20 minutos sentada en silencio, reflexionando sobre tantas cosas, que pensé una vez más en lo afortunados que somos de estar aquí. Haz lo que te hace feliz, no trabajes tanto que se te olvide vivir o disfrutar de tu gente. Haz una pausa, tómate tiempo para ti. Respira. Vive. Ama. A veces está bien no estar bien. Solo quería recordártelo una vez más".
En ese mismo sentido, Delyanne Arjona, quien no podía contener las lágrimas al ver todas las publicaciones respecto al fallecimiento del intérprete, reflexionó: "la vida es tan frágil, hoy estamos y mañana no. Por eso da lo mejor de ti siempre, sé bueno, ama, abraza. Di cuánto quieres a las personas importantes en tu vida. Vive. Quién sabe dónde estaremos maña".
La destacada productora de televisión Elena Llorach, tiene una explicación a esa conmoción tras la partida de alguien, que incluso sin conocerla, nos marca de manera especial: "su poder de conexión con la gente".
Y es que la partida del vocalista de Son Miserables la remontó a la de Kendall Royo, pues la conmoción y sorpresa al recibir la noticia fue muy parecida. "A pesar de trabajar en campos muy distintos y contar con aptitudes totalmente diferentes, ellos tuvieron muchísimas cosas en común: fueron espontáneos, transmitían sentimiento y vivían con amor y pasión lo que hacían. Nunca hicieron uso de recursos como la taquilla, el escándalo, el erotismo, la vulgaridad ni el morbo para hacerse sentir".
Para ella es increíble que ambos se fueron tan jóvenes y seguramente desconociendo la inmensidad del cariño y admiración que su país les tenía por el legado que heredan; y que aún así, ya no estando con nosotros, siguen ofreciendo una gran y hermosa enseñanza: "Trabajemos duro, hagamos el bien, vivamos lo que hacemos, esforcémonos por ser mejores seres humanos, y seamos agradecidos, para cuando nos toque partir, la gente sienta y se lleve ese recuerdo lindo y noble, como el que ahora guardamos en nuestro corazón de estos dos grandes y verdaderos orgullos panameños".
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Horacio deja un repertorio musical invaluable para los panameños, quienes próximamente podrán disfrutarlo en el Musical "Solo las estrellas bastarán".
